Es
preocupante que últimamente a la gente le dé por
saltarse escalones intermedios a la hora de practicar cualquier
deporte. Algo que viene a colación tras los últimos
hechos acontecidos el pasado Domingo donde un ciclista fallecía
tras sufrir un infarto. Cada vez es más habitual el paso
directo de un principiante a super deportista. Hablas con el amigo de
turno que hace un tiempo que no veías y que no hacía
nada de deporte y de golpe y porrazo ha pasado a preparar un Ironman
con un bagaje de un par de triatlones sprint y dos saliditas por el
parque de Gasset con su bici nueva.
Parece
que ya no se puede ser un gran cicloturista si no haces la
Quebrantahuesos,ni corredor si no has hecho una prueba de ultrafondo
de montaña,o casi si no tienes tatuado el logo del Ironman en
el brazo no puedes ser triatleta,si no me preparo la subida al Alpe
D´huez mejor me quedo en el sofá de casa haciendo surf.
Evidentemente
estos retos que preparamos son apasionantes,y son desafíos que
siempre recordarás, pero creo que no hay que perderse lo que
son las etapas intermedias y sobre todo sabiendo seguro lo que estás
en condiciones de afrontar, mirando además de por tu preparación
por tu salud. No olvidemos la parte más importante.. nuestra
vida,saber si nuestro corazón,nuestros pulmones o nuestra
musculatura está en disposición de rendir ante esos
eventos.Puestos a elegir,creo que es muy necesario que aquel que esté
dispuesto a dedicar tiempo al deporte de forma seria, contemple en realizarse una
prueba de esfuerzo en cualquier centro de rdto deportivo o por medio
de un cardiólogo.
Estos grandes retos tienen un alto coste personal y en demasiadas ocasiones los deportistas perdemos el Norte y también el rumbo y convertimos el deporte en el punto sobre el que gira nuestra vida,y además pretendemos que el de nuestra familia.La obsesión de bajar una marca o preparar una marcha cicloturista puede acabar con nuestra salud,vida o en el mejor de los casos amenaza con acabar con nuestra relación familiar.
Estos grandes retos tienen un alto coste personal y en demasiadas ocasiones los deportistas perdemos el Norte y también el rumbo y convertimos el deporte en el punto sobre el que gira nuestra vida,y además pretendemos que el de nuestra familia.La obsesión de bajar una marca o preparar una marcha cicloturista puede acabar con nuestra salud,vida o en el mejor de los casos amenaza con acabar con nuestra relación familiar.
No
solo es cuestión de llegar a la meta sino de valorar si
realmente merece la pena lo que dejas atrás.
La
conclusión:Los ciclistas y deportistas populares tenemos que buscar el
equilibrio para ir llegando gradualmente a los grandes retos,sin
dejar de tener una vida en la que el deporte juegue su papel,pero que
no sea lo único, intentemos buscar y madurar como deportistas para acumular experiencias y tener nuestro cuerpo y nuestra mente en forma.